Las masas tienen en común la mezcla de harina y agua, pero hay tanta variedad como ingredientes podemos agregarles. Pueden ser crujientes como la masa quebrada, blandas con miga rubia como la del brioche y algunos bollos, o ser ligeras como la masa de hojaldre. Todas tienen su técnica y además están deliciosas.
En esta ocasión, el Delantal de Rosario os propone hacer este pan que está riquísimo solo, pero aún más si lo acompañamos de aceite, mantequilla, queso...lo que más nos apetezca.
Si alguna vez habéis pensado en hacer pan y habéis desistido de ello, animaros con esta receta que os propongo, quitaros el capricho y atreveros por un día a ser panaderos.
INGREDIENTES:
- 200 gr. de harina de trigo integral
- 220 gr. de harina de fuerza
- 25 gr. de levadura fresca de panadería
- 1 cucharada de azúcar moreno
- 1/2 cucharadita de sal
- 2 cucharadas de leche
- 300 ml. de agua templada
PREPARACIÓN:
Pasamos por un cedazo la harina integral, separando la harina del salvado. De éste, la mitad volvemos a integrarla con la harina y el resto lo dejamos reservado.
Ponemos en un bol las harinas junto con la levadura desmenuzada, la sal y el azúcar moreno. Poco a poco vamos agregando el agua, no hay que hacerlo de una vez, ya que dependiendo de la calidad de la harina puede necesitar algo menos de esta cantidad.
Formamos una bola con la masa, colocamos en la bandeja del horno y tapamos con papel film untado con un poquito de aceite de girasol para que no se pegue la masa y un paño. Dejamos reposar durante 30 minutos en un lugar templado para que doble su tamaño. Pasado este tiempo, retiramos el paño y el papel, hacemos tres cortes a la masa, pintamos con la leche y espolvoreamos con el salvado que habíamos reservado.
Metemos en el horno precalentado a una temperatura de 180ºC y dejamos no menos de 40 minutos, aunque dependerá de cada horno.
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