¿Quién no se ha quedado maravillado al viajar por carretera y ver los campos de girasoles?. A mi me parece una imagen epatante. Todos colocados en hileras mirando a la misma dirección. De lejos divisamos una gran mancha amarilla y cuando nos vamos acercando distinguimos su centro cuajado de pipas. Me resulta un paisaje muy agradable y típico de mi región, Andalucía.
Todo esto viene a cuento de uno de los ingredientes de este bizcocho, el aceite de girasol, que tiene un sabor suave y muy apropiado para la elaboración de esta receta.
INGREDIENTES:
Para el bizcocho:
- 150 ml. aceite de girasol
- 2 huevos
- 2 cucharadas de zumo de limón
- ralladura de un limón
- 2 yogures naturales sin azúcar
- 200 gr. de azúcar
- 300 gr. de harina de repostería
- 1 sobre de levadura
Para la cobertura de limón:
- 120 gr. de azúcar
- 60 ml. zumo de limón
PREPARACIÓN:
En un bol batimos los huevos con el azúcar hasta que empiecen a blanquear. Agregamos poco a poco el aceite, como si estuviésemos preparando una mayonesa. Incorporamos después la ralladura de limón, el zumo y el yogur. Mezclamos bien. Ahora es el momento de añadir la harina tamizada y la levadura.
Cuando tengamos la masa lista, la vertemos en un molde untado con mantequilla y espolvoreado de harina. Metemos en el horno precalentado a 180º C durante 40-45 minutos. Comprobamos si está hecho pinchando con la punta de un cuchillo.
Mientras el bizcocho se hornea, vamos preparando el glaseado. Para ello ponemos el azúcar y zumo de limón en un bol y mezclamos bien.
Desmoldamos el bizcocho caliente, colocamos en una rejilla y cubrimos con el glaseado. Dejamos enfriar y ya lo tendremos listo para disfrutar de su sabor refrescante gracias al limón.
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