PAN INTEGRAL CON PIPAS DE GIRASOL

Las pipas de girasol se consideran como un magnífico alimento para mantenernos jóvenes. Quizás sea el fruto seco que más consumimos habitualmente y al que no damos mucha importancia. ¿Quién no se ha sentado alguna vez en una terraza con amigos compartiendo un refresco y un paquete de pipas?. Pues ese es un gesto muy bueno que nos mantiene jóvenes y fortalece nuestro corazón, ya que las pipas son ricas en vitamina E, antioxidante que protege los tejidos de nuestro organismo y fortalece el sistema circulatorio y  corazón, también aportan ácido fólico y magnesio.
Consumamos pipas de girasol que son importantes para nuestra salud, pero, por favor, las cáscaras vamos a tirarlas a la basura, no dejemos los suelos de los parques  y aceras llenos de ellas, no nos cuesta nada este gesto. 


INGREDIENTES:
- 500 gr. de harina integral de trigo
- 300 ml. de agua templada
-  1 cucharadita de sal
- 1 cucharadita de azúcar moreno
- 25 gr. de levadura prensada
- 1 cucharada de aceite de oliva virgen extra
- 75 gr. de pipas de girasol peladas y sin sal

PREPARACIÓN:
Tostamos en una sartén con un poquito de aceite las pipas en caso de que estén sin tostar.
En un poquito de agua calentita disolvemos la levadura. Echamos en un bol la harina, la sal, el azúcar, el aceite y las pipas, lo mezclamos todo bien. Agregamos la levadura y poco a poco vamos añadiendo agua templada sin dejar de amasar. La cantidad de agua que os pongo es la que he utilizado, pero es orientativa ya que todas las harinas no son iguales y puede que necesitéis más o menos cantidad, por eso es mejor ir poniendo agua poco a poco hasta que la masa no se pegue a las manos.
Formamos una bola a la que hacemos con un cuchillo una cruz en el centro  y dejamos que repose tapada con un paño durante 45 minutos.
Pasado este tiempo, la masa habrá aumentado de tamaño, la sacamos del bol y amasamos suavemente unos 3 minutos. Para hacer el pan he utilizado un molde de plum-cake untado con aceite de oliva. Colocamos la masa en el molde y metemos en el horno, previamente precalentado, a 180º C durante 35 minutos, aunque depende del horno. Sacamos cuando haya aumentado su volumen y se haya formado una corteza dorada.
Es un pan contundente, con el toque crujiente de las pipas, estupendo para empezar el día con energía.

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