En las tardes de invierno es apetecible estar en casa.
Invitar a amigos o familia para merendar es sinónimo de pasar una tarde agradable. Para esas tardes estupendas os propongo estos pastelillos que acompañan muy bien al café, el té o cualquier infusión, además son buenos amigos de una amena conversación.
Seguro que si os animáis a hacerlos, vais a quedar como reinas y reyes. Que los disfrutéis.
INGREDIENTES:
Para la masa:
- 1 yema de huevo
- 100 gr. de mantequilla a temperatura ambiente
- 1 taza pequeña de aceite de oliva
- 1 taza pequeña de vino blanco
- 1 cucharadita de levadura en polvo
- harina que admita
- 1/2 cucharadita rasa de sal
Para el relleno:
- 1 taza de nuez molida
- 1/2 taza de azúcar
- 2 cucharadas de anís dulce
PREPARACIÓN:
En un bol mezclamos el aceite con el vino y la sal y emulsionamos. Cuando tenga consistencia de salsa, agregamos la yema, mantequilla y levadura. Integramos bien los ingredientes. Ponemos harina poco a poco, hasta conseguir una masa blanda que no se pegue a las manos. Formamos una bola y dejamos reposar tapada con un paño, al menos una hora.
Para preparar el relleno mezclamos en un bol la nuez, el azúcar y el anís.
Cuando la masa haya reposado, espolvoreamos la encimera con harina y la estiramos la con el rodillo dejándola muy fina. Cortamos en porciones no muy grandes y ponemos en el centro de cada una, una cucharadita del relleno de nuez. Humedecemos con agua los bordes de los pastelillos y los pegamos ayudándonos de un tenedor con el que presionaremos para que al freírlos no se abran.
Cuando tengamos formados todos los pastelillos, ponemos una sartén en el fuego con aceite abundante y los freímos. Una vez dorados, los sacamos, escurrimos bien y pasamos por azúcar glas.
La masa aumenta de tamaño al freírse, quedan unos pastelillos ligeros y hojaldrados. Muy ricos.
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