El quiche, de origen francés, no deja de ser una tarta salada. Tiene muchas variantes aunque la base sea la misma: huevos, nata y la pasta quebrada. Cualquier verdura, embutidos como chorizo, jamón york o serrano, incluso si nos ha quedado carne asada, dan buen resultado incluyéndolos como ingredientes del quiche. Es muy fácil y está muy rico.
Aquí os dejo una versión de las muchas que podéis preparar.
INGREDIENTES (para 4 personas):
Para la masa:
- 200 gr. de harina
- 2 cucharaditas de agua
- 1/2 cucharadita de levadura en polvo
- 1 huevo
- 75 gr. de mantequilla
- sal
Para el relleno:
- 300 gr. de espinacas naturales
- 150 gr. de bacon cortado en dados
- 200 ml. de nata para cocinar
- 3 huevos
- nuez moscada
- pimienta negra molida
- sal
PREPARACIÓN:
Limpiamos, lavamos y troceamos las espinacas. Las ponemos en una sartén con un poquito de aceite y dejamos que se hagan a fuego medio-bajo. Cuando casi estén listas, aumentamos el fuego y añadimos el bacon que habremos salteado antes. Dejamos unos minutos, retiramos del fuego y reservamos.
Preparamos la masa. En un bol mezclamos la harina con la levadura y la sal. Agregamos el huevo, la mantequilla y el agua. Amasamos hasta obtener una masa que no se pegue a las manos y dejamos reposar 30 minutos en el frigorífico.
Batimos los huevos y los mezclamos con la nata, ponemos pimienta, nuez moscada a gusto y sal. A esta mezcla unimos las espinacas con el bacon.
Estiramos la masa con el rodillo y forramos un molde que habremos untado con un poco de mantequilla. Precalentamos el horno. Horneamos la masa en blanco durante 10 minutos. Sacamos del horno y vertemos sobre la masa la mezcla de espinacas. Volvemos a llevar la quiche al horno y dejamos que se haga. Estará listo cuando al pinchar con la punta de un cuchillo, la hoja salga limpia. Retiramos del horno y dejamos templar un poco antes de comerlo.
Puede tomarse caliente o frío, de cualquier forma está delicioso.
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