Hace algo más de dos semanas, podaron los naranjos que hay cerca de casa. Pregunté a uno de los jardineros si podía coger algunas naranjas. Su primera reacción fue de sorpresa y después de unos segundos me dijo que cogiera todas las que quisiera, señalándome uno de los naranjos que aún estaban sin podar. Llenamos un par de bolsas y marchamos para casa. Algunos días pasaron antes de que me decidiera definitivamente a preparar la mermelada. Busqué recetas en libros, revistas e internet.....
Mi amiga Eva hace una mermelada de naranja amarga espectacular, deliciosa, irresistible sobre una tostada...se me hace la boca agua sólo de pensarlo.
La mermelada de naranja amarga es mi preferida, seguida de la de tomate y fresa. Siempre la había tomado de las que compramos en el supermercado y, aunque está rica, nada que ver con la que Eva hace y con la que he hecho yo.
Ha sido la primera vez que la he preparado y me parece que está buenísima. El próximo año estaré pendiente de la poda de los naranjos, segurísimo.
La receta no es para nada difícil, pero sí es laboriosa. Hay que tener un poquito de paciencia.
INGREDIENTES:
- Por cada kg. de masa de naranja pondremos el mismo peso de azúcar
- zumo de 1 limón
- agua
PREPARACIÓN:
Se lavan muy bien las naranjas. He usado un cepillo de dientes para frotar bien la piel. Las pelamos y quitamos la mayor cantidad posible de piel blanca, quedándonos con la parte naranja que trocearemos muy menuda.
Abrimos los casquitos de naranja y retiramos las pepitas que pondremos en un bol. Retiramos la pulpa de la piel y la unimos a la piel de naranja que hemos troceado previamente.
Lo pesamos y añadimos por cada kilo, 2 vasos de agua. A las pepitas le añadimos un vaso de agua. Lo dejamos todo tapado hasta el día siguiente. Entonces, pasamos el agua de las pepitas por un colador (este agua queda muy gelatinosa) y lo añadimos a la pulpa. Ponemos esta mezcla a cocer a fuego lento, hasta que la cáscara esté tierna.
Una vez hecho ésto, volvemos a pesar toda la masa, y por cada kilo, ponemos 1 kilo de azúcar. Mezclamos bien y dejamos de nuevo en reposo hasta el día siguiente. Si esta operación la hacemos por la mañana, podemos hervirla por la tarde.
Añadimos el zumo de limón y ponemos a cocer a fuego medio-alto, hasta que la piel de naranja esté casi transparente y removiendo con frecuencia (lo he tenido más o menos una media hora).
Tendremos los botes preparados para envasar. Ponemos en ellos la mermelada caliente y cerramos.
Deliciosa, exquisita, riquísima.
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