Con la palabra agridulce definimos lo bueno y menos bueno que nos sucede en la vida; si al término agridulce añadimos "salsa", seguramente nos viene a la mente la cocina oriental y el sabor dulce y un poco ácido que suele gustar a todos.
Esta pechuga queda deliciosa. Seguro que os va a encantar.
INGREDIENTES (para 4 personas):
- 800 gr. de pechuga de pollo
- 100 gr. de bacon
- 1 pimiento verde
- 1 pimiento rojo no muy grande
- 2 cebolletas
- 1 zanahoria
-1 clara de huevo
- 1/2 vaso de vino blanco
- Maizena
- sal
Para la salsa:
- 4 cucharadas rasas de azúcar
- 2 cucharadas de vinagre de manzana (es más suave que el de vino)
- 4 cucharadas de salsa de tomate triturado
- 3 cucharadas de salsa de soja
- 2 cucharadas rasas de Maizena
- 6 cucharadas de agua
PRAPARACIÓN:
Batimos la clara de huevo con el vino y sal. Introducimos en esa mezcla la pechuga cortada en tiras de dos dedos de grosor. Dejamos macerar de 30 a 45 minutos. Escurrimos bien y rebozamos con la Maizena. Ponemos aceite en una sartén, el necesario para que cubra el fondo, pero no como si fuésemos a freír patatas. Freímos la carne, sacamos y escurrimos bien sobre papel de cocina. Cortamos el bacon en tiras finas y freímos en la misma sartén. Retiramos y reservamos.
Lavamos y cortamos los pimientos en tiras. Cortamos la cebolla en aros finos y pelamos y troceamos la zanahoria no demasiado pequeña. En la misma sartén donde hemos frito la carne y el bacon, salteamos unos 15 minutos las verduras.
Añadimos la carne, el bacon y todos los ingredientes de la salsa (la Maizena la disolvemos previamente en el agua). Dejamos a fuego medio-alto hasta que la salsa espese. Rectificamos el punto de sal si fuese necesario.
¡ Deliciosa la pechuga!.
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