Quizás al hablar de la piña más de uno pensará en la famosa dieta que tenía a esta fruta como protagonista, pero no es mi intención hablar de esa dieta, más bien de los beneficios que la piña tiene en nuestra salud.
Es una fruta rica en antioxidantes que combaten enfermedades, contiene bromelina que es una enzima que facilita la digestión y mejoran nuestro sistema inmunológico entre otras muchas virtudes.
Cuando era pequeña en casa preparaban un bizcocho que llevaba piña y caramelo, me gustaba el sabor del caramelo mezclado con la piña y el bizcocho esponjoso, me parecía una mezcla deliciosa. Seguimos haciendo ese bizcocho y hemos añadido otras recetas con piña a nuestro repertorio, entre ellas este pastel que resulta bastante refrescante.
INGREDIENTES:
- 1 lata grande de piña en su jugo
- 1 sobre de gelatina de piña
- 200 gr. de galletas tipo María
- 75 gr. de margarina sin sal
- 200 ml. de nata para montar
- 2 cucharadas de coco rallado
PREPARACIÓN:
Trituramos las galletas, fundimos la mantequilla y mezclamos con ellas . Forramos un molde e introducimos en el frigorífico.
Escurrimos la piña y reservamos el jugo. Preparamos la gelatina siguiendo las instrucciones del fabricante, pero sustituyendo el agua necesaria para hacerla por el jugo de la piña y el resto del líquido, por la nata. De este modo calentamos el jugo de la piña y en él disolvemos la gelatina y a continuación añadimos la nata fría. Unimos todo con la piña. Vertemos en el molde que tenemos preparado con las galletas y dejamos en el frigorífico un mínimo de 4 o 5 horas.
Cuando desmoldemos el pastel, cubrimos con el coco rallado y ya estará listo para disfrutar. Es fácil, rápido de preparar y está buenísimo.
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