Tras un periodo de poca dedicación a la cocina por estar ocupada en otros menesteres, retomo el gusto de cocinar y compartir las recetas que preparamos y disfrutamos en casa.
Las empanadas, o en versión individual empanadillas, me parecen bastante socorridas y fáciles de preparar. Pueden ser de rellenos variados y también las considero cocina de aprovechamiento, ya que, en ocasiones, los rellenos se preparan con restos de carne o pescado a los que añadimos alguna verdura y quedan deliciosas.
Estas empanadillas os van a resultar ligeras, apetecibles y riquísimas, segura estoy de ello.
- hojaldre refrigerado
- 200 gr. de calabaza
- 75 gr. de queso azul
- 1 cebolla mediana
- 1 huevo
- pimienta negra molida a gusto
- aceite de oliva virgen extra
- sal
PREPARACIÓN:
Quitamos la piel a la calabaza y la rallamos. Pelamos la cebolla y la troceamos menuda.
Colocamos una sartén al fuego con un poco de aceite, echamos la cebolla y ponemos sal. Cuando empiece a transparentar, vertemos la calabaza rallada y ponemos pimienta a gusto y un poco más de sal, pero con cuidado porque el queso ya tiene su punto salado. Dejamos que se haga la verdura. Una vez en su lista, retiramos del fuego y dejamos que enfríe un poco.
Mientras, podemos ir preparando la bandeja de horno con papel vegetal untado con un poquito de aceite.
Troceamos el queso azul.
Sacamos el hojaldre del frigorífico y dividimos la masa en porciones para formar las empanadillas. Ponemos en el centro de cada porción de masa una cucharada de calabaza y cebolla y un trocito de queso azul. Pintamos los bordes de masa con huevo batido y cerramos bien para que no salga el relleno al hornearse. Pincelamos con huevo la superficie de las empanadillas y a continuación, introducimos la bandeja en el horno precalentado, a 190 - 200º unos 15 minutos, o a la temperatura y tiempo que recomiende el fabricante de la masa.
Retiramos del horno y las tomamos calentitas y crujientes.
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