Pocos días faltan para que llegue Navidad. Todos andamos ideando el menú para los días importantes y seguro que ya la decoración navideña forma parte del mobiliario de cada casa. Aunque sea una Navidad diferente a lo que hasta ahora hemos vivido, hay que mantener la ilusión y apreciar lo que tenemos, no hay que mirar atrás, debemos poner la vista en el ahora y disfrutar cada segundo. Y, como de disfrutar se trata, me ha parecido genial hacerlo con unos huesos de santo hechos en casa. ¿Huesos de santo?, ¿en Navidad?, pues sí, huesos de santo. No sólo tenemos que tomarlos en la fiesta de Todos los Santos, ahora también los encontramos en algunas pastelerías. Mis favoritos son los rellenos de yema, aunque no hago ascos a los de chocolate. Animaros a hacerlos, seguro disfrutaréis de cada bocado de mazapán y yema, dulce y delicioso.
INGREDIENTES:
Con las cantidades que os doy salen unos 15 huesos de santo
Para el mazapán:
- 150 gr. de almendra molida
- 200 gr. de azúcar
- 100 ml. de agua
- azúcar lustre (azúcar glas)
Para la crema de yema:
- 1 huevo
- 2 yemas de huevo
- 80 gr. de azúcar
- 40 ml. de agua
- 1 cucharada rasa de Maizena
PREPARACIÓN:
En primer lugar preparamos el mazapán, para ello, ponemos un cazo al fuego con el azúcar y el agua. Cuando comience a hervir, lo mantenemos unos minutos, retiramos del fuego y dejamos templar un poco. Mezclamos con la almendra hasta que obtengamos una masa homogénea. Formamos una bola y envolvemos en papel film. Dejamos en el frigorífico, al menos durante 2 horas.
Transcurrido este tiempo, estiramos la masa sobre la encimera, ayudándonos con el azúcar lustre o glas para evitar que se pegue. No hay que dejarla muy fina. Cortamos cuadrados de 6x6 cm más o menos. Con ayuda de una brocheta, presionamos ligeramente sobre la masa para marcar líneas horizontales, y así conseguimos el típico dibujo que tienen los huesos de santo. Humedecemos un poquito uno de los lados del cuadrado y unimos con el lado opuesto formando un canutillo. Cuando los tengamos todos hechos, los colocamos en una bandeja, fuente o tabla, todos en vertical y dejamos que se oreen hasta el día siguiente, con el fin de que la masa se seque.
Preparamos la crema de la siguiente forma: ponemos el azúcar y el agua en un cazo al fuego y dejamos hervir 3 o 4 minutos. Mezclamos las yemas con la Maizena y la disolvemos bien. Cuando el almíbar esté listo, retiramos del fuego y dejamos enfriar unos minutos. Entonces, con cuidado, vertemos poco a poco sobre las yemas, removiendo al mismo tiempo. Cuando lo tengamos bien integrado, lo devolvemos todo al cazo y lo ponemos a fuego bajo y, sin dejar de remover suavemente, lo tendremos en el fuego hasta que espese y se forme una crema lisa. Este proceso requiere su tiempo, hay que ser pacientes. Una vez que tengamos lista la crema, la vertemos en un bol y tapamos con papel film. Ponemos en el frigorífico hasta que se haya enfriado por completo.
Para rellenar los huesos de santo, ponemos la crema en una manga pastelera o en una bolsa de plástico limpia a la que cortamos un pico pequeño. Ponemos la crema en los canutillos y ya están listos. Si queréis darles un poco de brillo, preparáis un almíbar ligero con azúcar y agua y los pinceláis un poquito.
Os van a encantar.
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