Este pastel lo hacía mi abuela para la Navidad.
Ella era muy detallista, decoraba la casa con gracia y mucho estilo. Mi abuelo compraba nueces, bellotas y castañas y ella las pintaba de color dorado. Preparaba centros para las mesas con todo eso y además con romero, agujas de pino y piñas piñoneras, resultaban preciosos, al menos así nos lo parecía. El cariño e ilusión con el que lo hacía era el mejor adorno de todos. Son recuerdos de infancia que en estos días fluyen y se comparten con la familia, y entre esos recuerdos navideños está esta receta.
Con ingredientes sencillos el resultado es delicioso, ojalá os animéis a hacerlo y lo disfrutéis tanto como lo hacemos nosotros en casa.
INGREDIENTES:
Podéis aumentar las cantidades dependiendo del número de personas para el que queráis prepararlo.
Para la masa:
- 250 gr. de harina de trigo
- 120 gr. de azúcar glas
- 120 gr. de manteca de cerdo
- canela molida a gusto
- ralladura de 1 limón
Para la natilla espesa:
- 1 huevo entero y cuatro yemas de huevo
- 1 cucharada de Maizena, bien llena
- un poco menos de 1/2 litro de leche entera
- 4-5 cucharadas de azúcar
- 1 palito de canela
- la piel de 1 limón
PREPARACIÓN:
Comenzamos preparando la natilla. Para ello disolvemos la Maizena con las yemas y el huevo entero. Ponemos la leche con la canela, el azúcar y la piel de limón en un cazo al fuego. Cuando esté caliente, retiramos del fuego y vertemos un poco sobre las yemas. Mezclamos para que se integre todo. Retiramos la canela y la piel de limón. Ponemos el resto de la leche con las yemas y removemos todo. Volvemos a poner en el cazo, a fuego bajo y ahora hay que remover constantemente para evitar que se pegue y dejar que espese bastante, sin que llegue a hervir. Cuando lo tengamos listo, retiramos del fuego, vertemos en un bol y dejamos que se enfríe.
Tostamos un poco la harina. Podemos hacerlo en una sartén sin nada de aceite y sin dejar de moverla para que no se dore en exceso, sólo que cambie ligeramente de color, o bien horneándola unos minutos en el horno a 180 º C, vigilándola para que no coja un color dorado excesivo. Dejamos que enfríe. Mientras ponemos en un bol el azúcar glas y la manteca y comenzamos a mezclar hasta que queden esos ingredientes perfectamente integrados. Entonces comenzamos a añadir la harina, canela y ralladura de limón y amasamos muy bien hasta que obtengamos una masa de mantecado. Dejamos en el frigorífico al menos media hora para que resulte más fácil manejarla.
Preparamos un molde desmontable untado con manteca de cerdo y forramos el fondo y las paredes con parte de la masa, dejando una porción para cubrir el pastel.
Vertemos la natilla en el molde y cubrimos con el resto de masa.
Introducimos en el horno precalentado, a 180º C, de 35 a 40 minutos.
Sacamos del horno y dejamos enfriar antes de tomarlo.
Hay que tener cuidado al cortarlo, la masa es prácticamente mantecado y por ello se deshace fácilmente, pero merece la pena porque está delicioso.
Comentarios
Publicar un comentario
¿Qué te parece esta receta?. Anímate a prepararla.